La candidatura de José Enrique Sued se ha convertido en la piedra de la discordia de la dirigencia política en Santiago, y la enseñanza que nos deja este caso es simple: cuando la táctica se come la estrategia, la lesión es para siempre. Una parte de la dirigencia del PLD enfrenta al líder que ha llevado tres veces al poder al partido morado, y que ha demostrado tener un punto de mira que va más allá de la cotidianidad.
Al margen del estilo, las discrepancias intrapartidarias y las relaciones políticas entre Sued y los principales dirigentes del PLD en Santiago, nadie duda del posicionamiento electoral del síndico santiagués. Tanto, que las propias encuestas ordenadas por el comité político evidencian que su figura sigue impactando el electorado de la importante provincia, compitiendo con cuatro figuras prominentes y queridas del partido en el gobierno.
Una cuarta encuesta del Centro Económico del Cibao, de acuerdo a lo que informó su presidente Leo Aguilera, lo sitúa 15 puntos por encima de su más cercano rival, situación que puede variar a partir de la escogencia de un solo candidato en el PLD para competir con Sued, pero no hay duda que esto dejará su secuela. El candidato del PRSC no se ha llevado bien con los dirigentes locales del PLD, y hasta ha tenido agrios enfrentamientos que han llegado a los extremos, como cuando se peleó con el gobernador José Izquierdo, que es un hombre sumamente decente, por el inacabable problema del vertedero de Rafey.
En Santiago el partido morado tiene hoy un envidiable posicionamiento que lo sitúa por encima del 50% del favor del electorado. Cualquiera de los candidatos a senador o síndico puede competir con reales posibilidades de ganar. Pero Santiago tiene una situación especial, porque tiene como síndico a una de las tres figuras simbólicas del PRSC, uno de sus emblemas, que a su vez tiene mucha simpatía y que aspira a seguir en el cargo.
Quizás debió plantearse una salida a tiempo, para evitar esta incómoda situación.
Esto no se dio, y ahora presenciamos un lamentable debate, en el que se han creado heridas fruto de las emociones, donde se han vertido enfoques diferentes, algunos crudos y agresivos, usando los medios de comunicación para dejar huellas que duelen y pesan. Es inexplicable que gente curtida en la vida política caiga en esta guerrita de acusaciones, dejando atrás la discusión de fondo, que son las elecciones nacionales del 2012.
Es decir, se está poniendo a depender el proyecto mayor, el triunfo electoral del 2012, de una candidatura a síndico de Santiago, que si bien es importante, no alcanza la dimensión de lo estratégico.
El movimiento táctico debería ser concitar la mayor simpatía y posicionar el partido, el gobierno y los candidatos para seguir controlando ambas cámaras, sin perder ninguno de los aliados.
Es cierto que el PLD tiene en Santiago a probados dirigentes, como Gilberto Serulle, el exitoso gerente Hanlet Otáñez, el simpatico y jovial Bienvenido Pérez y el profesor José Izquierdo, uno de los líderes más respetados en la ciudad corazón, por su pulcritud y decencia. Cualquiera de ellos haría una excelente labor al frente de la sindicatura de Santiago, pero la voz del líder, sabio y estratega, no se puede desdeñar.
Nunca la táctica se puede tragar la estrategia. Los reformistas, muchos o pocos, son importantes en las próximas dos contiendas. Representen el 5 o el 6% del electorado.
Ese porcentaje siempre será necesario en un escrutinio de segunda vuelta. Y los que más se pueden beneficiar de esa alianza, son precisamente los que hoy se están oponiendo a ese acuerdo.
El Partido Reformista ha logrado compactarse en algunas provincias, y su situación no es la misma de hace algunos meses, cuando se veía en declive, prácticamente a la deriva. Esa no es la situación de hoy, cuando se presentan varios escenarios positivos que si bien no ganarían candidaturas por sí solos, al menos ayudarían a empujar una causa, aún sea con el dos por ciento. Son los casos de Higu¨ey, Puerto Plata, con el síndico, Espaillat, con Gaspar Hernández y Cayetano Germosén, Elias Piña, donde ya el PRD lleva una refomista como candidata a senadora, Sanchez Ramírez y Samaná.
Hay poblaciones donde el PRSC representa más del 5%, y su meta debe ser avanzar para alcanzar el diez por ciento en las elecciones de mayor próximo, ir solos en el 2012 para alcanzar el 15% en primera vuelta, y aliarse al PLD en segunda vuelta para alcanzar un nivel de posicionamiento que lo pueda catapultar a un escenario de conquista del poder. Y todo eso es posible, con una adecuada e inteligente estrategia electoral. El PLD fue al poder en el año 1996, después de sacar 13% en las elecciones del año 1994. De manera que nada está escrito, las circunstancias políticas son cambiantes.
La pasión y la emoción son malas consejeras en el abordaje de un tema tan delicado como la alianza electoral, y mucho más en el trato a una organización que ha sido aliada natural del partido morado, al margen de la frustrada alianza rosada. Un proyecto nacional no se puede poner a depender de una candidatura menor, que si bien es importante, crea tropiezos para el proyecto de un acuerdo de medio término.
Fuente: tomado de un interesante articulo de Jose Rafael Vargas
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