¿Es realista entonces pensar que la predicción sísmica es un objetivo alcanzable de la ciencia?
Según los expertos, sí lo es. Y como ejemplo, dicen, los meteorólogos estaban en una posición comparable hace cien años cuando todavía no podían imaginar que el mundo contaría algún día con los sofisticados satélites de pronóstico meteorológico capaces de observar y alertar a la población del desarrollo de tormentas y otros eventos climáticos.
"Hoy sabemos dónde van a ocurrir los grandes terremotos pero hasta ahora ha sido imposible predecir cuándo van a ocurrir" dijo a BBC Mundo el doctor Luis Rivera, investigador de
"Un fenómeno fundamental para poder hacer una predicción en cualquier disciplina es la comprensión de los fenómenos involucrados".
"Y me parece que en algo más de un siglo que tiene la sismología se han hecho avances fundamentales en ese sentido", expresa el investigador.
Alerta temprana
En efecto, hoy en día aunque los terremotos no son tan fáciles de pronosticar como por ejemplo, las erupciones volcánicas o huracanes, la sismología ha logrado avances importantes para monitorear las posibilidades de que ocurra un sismo.
Según el doctor Rivera, los científicos llevan a cabo una vigilancia constante tanto de la variación de los parámetros geofísicos de los fenómenos naturales, como del nivel de agua en los pozos o el comportamiento anormal de los animales.
"Cada vez que sucede un sismo importante, centenas de científicos, incluidos sismólogos, expertos en geodesia, geología, etc., estudian en detalle los movimientos del suelo registrados tanto durante, como antes y después del sismo".
"Estos estudios han ayudado a mejorar nuestra comprensión del fenómeno sísmico", agrega.
Asimismo en la última década ha habido avances importantes en la investigación de la "alerta temprana", que aunque no es una predicción sísmica como tal, es una herramienta extremadamente útil para reducir los daños del evento.
Con ésta se intentan utilizar los primeros pocos segundos del registro sísmico para predecir el tamaño final del terremoto y mitigar los daños que serán producidos en la infraestructura.
Gracias a esta investigación, se han logrado desarrollar varias aplicaciones. Por ejemplo, en Japón se han creado sistemas de frenado de trenes rápidos y de interrupción de generadores nucleares cuando se está produciendo un terremoto.
La alerta temprana también ha ayudado a desarrollar las alertas de tsunami, porque los datos sísmicos que se registran en los primeros minutos del terremoto son utilizados para calcular el riesgo de la ola y predecir su tiempo de llegada y su amplitud en las regiones amenazadas.
Por su parte, el profesor Francisco Vidal, sismólogo del Instituto Andaluz de Geofísica en España, afirma que un campo en el que se están llevando a cabo enormes avances es en la investigación de los mapas de peligrosidad sísmica.
Se trata, explica, de la predicción a largo plazo del movimiento de tierra que puede producir un conjunto de sismos en una región particular.
"Es el pronóstico del nivel de severidad de la sacudida en una región particular . Y si estos mapas se hacen con detalle, a escalas urbanas, se pueden crear escenarios sísmicos que nos predicen cómo va a ser la distribución del movimiento del terreno en ese lugar".
"Además, si se evalúa la vulnerabilidad de las construcciones e instalaciones también podemos obtener la predicción de los daños" que ocurrirán allí.
"Es decir, éstos no son pronósticos que fijan el cuándo, sino el qué va a pasar, y en este campo se están llevando a cabo enormes avances".
"Desafortunadamente el cuándo es el parámetro que hoy por hoy no se puede determinar", afirma el investigador.
Eventos Especiales
La pregunta que surge es ¿por qué ha sido tan difícil poder pronosticar cuándo ocurrirán los terremotos? ¿Qué es lo que hace tan "especiales" a estos eventos"?
"En los terremotos hay escalas de tiempo muy diversas" explicó a BBC Mundo el doctor Luis Rivera.
"Por un lado está la acumulación de esfuerzos y energía que darán lugar al terremoto, un proceso supremamente lento que puede tomar decenas o centenas de años. En el otro extremo está la ruptura de las rocas durante el terremoto mismo que puede durar algunos minutos".
"Después están las escalas espaciales, que van desde miles de kilómetros (el tamaño característico de las placas tectónicas) hasta algunos metros (el desplazamiento final de la falla causado por el terremoto)".
"Esta gran diversidad de escalas espaciales y temporales que entran en juego en los terremotos son una de las razones más contundentes para explicar la dificultar para predecirlos".
"Sin embargo -agrega- aunque quedan problemas importantes por resolver, no veo la razón para dudar que avances significativos en el futuro nos permitan acercarnos a alguna forma de predicción sísmica" expresa el investigador.
Fuente: BBC de Londres
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